PARTE II
Recordemos: los errores nos permiten avanzar. La lámpara eléctrica, como ejemplo, fue un invento de mil pasos, no de mil fracasos. Hoy día, la sociedad vuelve ignorantes a los alumnos porque les da respuestas ''prefabricadas'': la imponen, en vez de ayudarles a descubrirlas. Y a eso ha de unírsele la equivocada escolarización lineal que predomina en la educación, en la cual el alumno pasa primero por el paso 1, después el 2, después el 3, y así sucesivamente, cuando somos conscientes de que la educación real no es lineal y el sujeto puede saltar del paso 4 al 6, en función de sus características personales.
Por otro lado, el sistema educativo predominante actualmente hace bastante énfasis en el carácter externo que posee la motivación de los alumnos: actúan porque si hacen tal cosa obtendrán algo exterior, como por ejemplo, aprobar un examen y con ello una asignatura, asemejándose a robots con objetivos claros para la consecución de un resultado que le aporte un beneficio externo a él... ¿y qué es lo importante: el resultado o el proceso, el camino? La motivación de los alumnos ha de estar en ese proceso, queriendo aprender por el simple placer de hacerlo y la satisfacción personal que aporta, ¡esa es la verdadera motivación, en la que se tiene que hacer muchísimo hincapié! Si un niño juega al baloncesto por el simple placer personal que le aporta jugar al baloncesto, ¿por qué no conseguir que el estudio y el aprendizaje se realice también por satisfacción personal? Es posible si replanteamos cómo concebimos el estudio y cómo se lo presentamos al alumno.
Uno de los ingredientes básicos y clave para el desarrollo de cualquier persona en todos los ámbitos de su vida es el amor y la capacidad de amar y dar cariño, ¡y para todos, necesario recibirlo! Estamos creando sociedades donde la gente trabaja por conseguir dinero, ¡y no! ¡no es así! ¿Estamos cuidando las ganas de vivir de los niños? Debemos enseñarles a seguir su propio impulso y que sepan lo que quieren, que estén conectados con su interior, que descubran su don, que conozcan sus virtudes, que sepan elegir para no convertirse en personas que hacen y eligen lo que otros hacen y eligen desde una educación que respete la diversidad. Como bien expresan, ¿estaremos confundiendo formas de ser con enfermedades? El TDAH, por poner un ejemplo. Hay que darle espacio al alumno, proponer en vez de imponer.
Y proponiendo, ¿por qué se separa por edades? ¿Por qué no cambiar de clases en función de lo que se esté dando a un mayor o menor nivel, aprendiendo unos de otros, mayores y pequeños, trabajando en equipo? La naturaleza vive en una constante cooperación biológica, y este debe ser el principal valor que adquieran los niños: si hay problemas, asamblea, resolución conjunta donde el maestro es un guía que ofrece y ''manipula'' (en el buen sentido de la palabra) situaciones para que el niño aprenda.
La clave de todo está en la relación, en cómo cada uno mira a los otros, en preguntarse si en la educación soy feliz, de lo contrario no estaré educando y, sobre todo, atender con los oídos bien puestos la respuesta que cada alumno nos de cuando le preguntemos cómo se ha sentido hoy en la escuela. Será la clave para mejorar y avanzar.
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Mucho que pensar en todo lo que nos expones. Yo creo que el principal problema es saber plasmar en nuestras aulas y en nuestros centros todo lo que planteas, ¿por dónde empezar?
ResponderEliminarEnhorabuena por los dos artículos.
¡Muchísimas gracias! Realmente sí, el principal problema es cómo introducirlo en las aulas, pero con voluntad y esfuerzo se pueden ir modificando pequeños aspectos en el margen de libertad que posee todo profe, porque para conseguir todo lo que se plantea en esta película haría falta un cambio estructural, de sistema, que ya es bastante complicado, aunque no imposible.
Eliminar¡Saludos!