Actualmente vivimos días de cambios, días de crisis, días de malas noticias, días de carencias, días de pobreza, de manifestaciones, de quejas continuas, de negación, de impotencia, de indignación, y un sin fín de calificativos de connotación nada agradable.
El mundo de la educación, debido a las desastrosas consecuencias de esta situación, en este y otros países está tocado, roto y gobernado por individuos ajenos a él (¡lo peor!). Pese a ello, los profesores, educadores, docentes y maestros NO son marionetas y TIENEN un considerable grado de libertad en el aula. Son los que están ahí, a pié de cañón, trabajando frente a frente con los niños inmersos en la realidad, pudiendo moldearla a su gusto dentro de un margen impuesto por lo que viene de arriba, pero suficiente como para ofrecer a las promesas futuras experiencias educativas maravillosas que dejen huella, que permitan sacar de ellos lo mejor. ¡Claro que sí!
Como expresa José María Toro, ''el sistema educativo que un niño experimenta en su vida como alumno es la experiencia de escuela que su maestro pone delante de él',
¡y no puede tener más razón! Somos los que tenemos la responsabilidad de tratar con los alumnos y brindarle una pedagogía, forma de aprender, trabajar, ser, experimentar, sentir y vivir ajena al mal presagio y pesar común que se respira en la sociedad, aunque sean otros (los ''ajenos'') los que se encarguen de redactar leyes, políticas y normativas que en un pequeño pero importante porcentaje se transforma en mera burocracia y papel mojado.
¡y no puede tener más razón! Somos los que tenemos la responsabilidad de tratar con los alumnos y brindarle una pedagogía, forma de aprender, trabajar, ser, experimentar, sentir y vivir ajena al mal presagio y pesar común que se respira en la sociedad, aunque sean otros (los ''ajenos'') los que se encarguen de redactar leyes, políticas y normativas que en un pequeño pero importante porcentaje se transforma en mera burocracia y papel mojado.
La escuela es lo que las personas que en ella trabajan son, mucho, muchísimo más que lo que dictamine la LOMCE o cualquier reforma educativa. Así, la actitud del docente, de las familias, de los alumnos, de los auxiliares, del personal de comedor, y demás seres que lo conforman construye el modo de hacer y ser del centro.
Por ello, ¡no puede vencer nuestro ánimo una reforma educativa! ¡no puede hacernos tirar la toalla o ir a trabajar cabizbajo! Lógicamente, todo podría ser mejor, pero también peor. Y más aún en situaciones de crisis como esta debemos exprimir nuestro cerebro ideando cómo afrontarla, tomándolo como un reto, un momento de ''RE'': re-nacer, re-pensar, re-reflexionar, re-innovar.
Día a día solo estás tú, tú aula, tus alumnos, tus ideas, tus maneras, tu ''librillo''. Definitivamente, el poder está en nuestras manos.
¡Hola María!
ResponderEliminarHe visto tu mensaje. Muchas gracias por interesarte por el proyecto, le comentaré al resto de organizadoras tu intención por participar en él.
Como estamos en vacaciones, ya en septiembre estará disponible la siguiente lista de actualización. Hasta entonces, si quieres puedes ver la recopilación de entradas sobre lo que hemos ido haciendo:
http://micolealdia.blogspot.com.es/search/label/UN%20PROYECTO%20ENTRE%20TODOS
Un saludo y ¡hasta pronto!