Hoy, durante mi mañana de prácticas en el cole gracias a Elena, otra de las profesoras de Infantil, he conocido una peculiar forma de ''pronunciar'' palabras: la metodología verbotonal. Desde ese momento en el cual ví cómo ''pronunciaban'' con todo el cuerpo la palabra paraguas, sentí cómo la curiosidad por saber más sobre ella crecía en mí. Y tras saciarla, aquí estoy escribiendo un nuevo post en este blog acerca de la citada metodología verbotonal.
La metodología verbotonal [verbo, del latín ''habla''; tonal ''recurrir al tono como elemento auxiliador en la correción de sonidos], en pocas palabras, es un modelo de corrección o aprendizaje fonético que tiene como objetivo general la adquisición inconsciente del sistema fónico de una lengua, pudiendo centrar la labor del método en la correción de sonidos o dando prioridad a los fenómenos prosódicos: acentuación, ritmo y entonación. Fue diseñada a mediadios del s.XX y, aunque en un principio se concibió para reeducar a personas con discapacidad auditiva, posteriormente se adaptó para la enseñanza de la pronunciación.
La música posee un papel clave desde la educación infantil como medio para conseguir el equilibrio biopsicosocial del pequeño. Con la metodología verbotonal se consigue no excluir al niño que tiene algún déficit auditivo. Al contrario, le son enormemente beneficiosos ya que se trabajan elementos de la música en las palabras como el ritmo, el tiempo, el acento, la intensidad, el movimiento. Los niños sordos suelen tener problemas a la hora de aprender a cantar canciones y por tanto, pronunciar palabras seguidas, ya que normalmente, cuando cantamos, el aire que respiramos pasa por la laringe en cuyo interior están las cuerdas vocales y al espirar coincide con el momento en que se tensan estas cuerdas, produciendo un tono. Sin embargo, en los niños con discapacidad auditiva la unión nerviosa entra la laringe y el cerebro no está suficientemente desarrollada, por lo que la orden de tensarse las cuerdas no llega adecuadamente. Así, lo que les facilita (a ellos y a todos los niños) el aprendizaje de palabras y, por consiguiente, canciones, es precisamente el movimiento del cuerpo con el que se acompaña. Se trata, en definitiva, de sentir las palabras.
De este modo, la palabra PARAGUAS la acompañamos con un movimiento amplio y abierto de cuerpo al pronunciar la A, y con movimientos de encogimiento del cuerpo al pronunciar la U, permitiendo sentir y experimentar con nuestro cuerpo de forma lúdica y atractiva el lenguaje.
La metodología verbotonal [verbo, del latín ''habla''; tonal ''recurrir al tono como elemento auxiliador en la correción de sonidos], en pocas palabras, es un modelo de corrección o aprendizaje fonético que tiene como objetivo general la adquisición inconsciente del sistema fónico de una lengua, pudiendo centrar la labor del método en la correción de sonidos o dando prioridad a los fenómenos prosódicos: acentuación, ritmo y entonación. Fue diseñada a mediadios del s.XX y, aunque en un principio se concibió para reeducar a personas con discapacidad auditiva, posteriormente se adaptó para la enseñanza de la pronunciación.
La música posee un papel clave desde la educación infantil como medio para conseguir el equilibrio biopsicosocial del pequeño. Con la metodología verbotonal se consigue no excluir al niño que tiene algún déficit auditivo. Al contrario, le son enormemente beneficiosos ya que se trabajan elementos de la música en las palabras como el ritmo, el tiempo, el acento, la intensidad, el movimiento. Los niños sordos suelen tener problemas a la hora de aprender a cantar canciones y por tanto, pronunciar palabras seguidas, ya que normalmente, cuando cantamos, el aire que respiramos pasa por la laringe en cuyo interior están las cuerdas vocales y al espirar coincide con el momento en que se tensan estas cuerdas, produciendo un tono. Sin embargo, en los niños con discapacidad auditiva la unión nerviosa entra la laringe y el cerebro no está suficientemente desarrollada, por lo que la orden de tensarse las cuerdas no llega adecuadamente. Así, lo que les facilita (a ellos y a todos los niños) el aprendizaje de palabras y, por consiguiente, canciones, es precisamente el movimiento del cuerpo con el que se acompaña. Se trata, en definitiva, de sentir las palabras.
De este modo, la palabra PARAGUAS la acompañamos con un movimiento amplio y abierto de cuerpo al pronunciar la A, y con movimientos de encogimiento del cuerpo al pronunciar la U, permitiendo sentir y experimentar con nuestro cuerpo de forma lúdica y atractiva el lenguaje.
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