Hace tiempo descubrí algo que me fascinó: los mandalas. Los mandalas son esos ''círculos'' (como su nombre indica en sánscrito) surgidos en la India en los que se combinan infinitas formas geométricas y mezclas cromáticas de manera libre y creativa, dando lugar un complejo pero bonito diseño abstracto. Pero no solo poseen un sentido artístico.
Los mandalas eran y son utilizados también como instrumento de concentración, meditación y autoconciencia, ya que en su dibujo plasmamos toda nuestra imaginación, creatividad, sentimientos y emociones, conectando nuestro mundo interior con la realidad externa. Por esta razón, son utilizados a menudo por su capacidad terapéutica en la persona, ayudándole a esta a recobrar el equilibrio, la calma y la tranquilidad.
Y eso fue lo que hicimos mi prima y yo, pasar varias horas elaborando nuestros propios mandalas. La sentencia la dictó ella cuando ya casi estábamos terminando de pintar, dijo: ''en clase de Plástica no hacemos estas cosas tan creativas''. ¡Le encantó hacer su propio mandala!
¡Aquí está todo el proceso!
1. Para hacer nuestro propio mandala, primero hemos de hacer un cuadrado, uniendo sus diagonales, arriba y abajo e izquierda y derecha, formando un punto central. A partir de ese punto, con un compás dibujamos 3 círculos concéntricos (de más pequeño a más grande) para tomarlos como referencia al dibujar el mandala.
2. Y comenzamos a dibujar partiendo del punto central hacia afuera. ¿Qué diseños, símbolos y formas se nos van ocurriendo?
3. Ya hemos dibujado, ahora toca pintar combinando los colores de mil formas.
¡¡Y aquí está el resultado final!! ¿Qué les parece?
¡os han quedado muy originales! :) Gracias por compartir. Un beso
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