Loris Malaguzzi siempre hablaba de construir y hacer una escuela amable. Y Hoyuelos, fiel seguidor suyo que continúa dedicando su vida al trabajo bajo el enfoque reggiano, nos descubre las características de esta tras tantos años, recuerdos, experiencias y visitas a Reggio Emilia:
- Una escuela amable es una arquitectura en la que las paredes (la llamada la primera piel) hablan , a través de la documentación estética (la segunda piel) de la cultura de las personas que habitan. Hablan sin imágenes estereotipadas y sí a través de fotografías significantes y textos seleccionados que narran las competencias impensadas de los seres humanos desde el nacimiento.
- Una escuela amable es un territorio donde los matices de los paisajes luminosos, cromáticos, sonoros, polisensoriales y táctiles conforman y componen el aire de una escuela que respira armonía, tranquilidad, serenidad, agradabilidad y mundos imaginarios que unen lo real con lo posible.
- Una escuela amable es un ámbito de materiales no solo comerciales, de objetos no estructurados, de evocaciones, que los niños y niñas disponen en combinaciones complejas.
- Una escuela amable es curiosa, viva, que quiere aprender sin tedio.
- Una escuela amable es un escenario en el que los profesores observan, investigan, toman notas, documentan, reflexionan, interpretan intersubjetivamente y construyen biografías narrativas cruzadas de los procesos del vivir y conocer que acontecen, recorren y circulan en la respiración de la escuela.
- Una escuela amable es una atalaya desde donde se aman las preguntas mismas, prolongando la escucha, lentificando las soluciones, rumiando una y otra vez las virtudes de las dudas y curiosidades, cuestiones no banales que dan legitimidad a nuestra mirada multiinterpretativa.
- Una escuela amable es un contexto en el que las maestras no gritan y acompañan con su mirada testimonial, silencios elocuentes y retos contingentes los procesos rigurosos y serios de aprendizaje de los niños desde una cercanía distante.
- Una escuela amable es una red de tiempos donde cada momento, sin jerarquías, es un instante educativo único (baño, comida, entrada, salida, siesta, propuestas...)
- Es un escenario en el que no hay movimientos en filas controladas ni donde tampoco la escuela se transforma en una sucursal de trenes.
- Una escuela amable es un recinto pequeño, acogedor, que abraza en la cotidianidad, la bella circulación de las familias dentro de la escuela, que la sienten así como propia. Padres, madres, abuelos y abuelas que entran en las aulas, ven, visualizan, dialogan, permanecen, se van y vienen según sus ritmos.
- Una escuela amable es un terreno del placer estético. El placer de pensar y sentir juntos.
- Una escuela amable es la que encuentra, en este placer, la vitalidad y sentido del esfuerzo por aprender de los mares de incertidumbre y de los archipiélagos de certezas. Certezas que no pueden ser concluyentes para mantener encendidas la llama de la curiosidad.
- Una escuela amable es un abrazo donde los errores y las equivocaciones se viven en la legitimidad amorosa del reconocimiento de las diferencias del otro.
- Una escuela amable es un espacio de optimismo en el que el hecho de que el hombre sea capaz de acción significa que cabe esperarse de él lo inesperado, que es capaz de realizar lo que es infinitamente improbable.
- Una escuela amable es la que entiende la profesión como misterio, pasión y aventura imprevisible, como suspenso de la sabiduría, como el asombro de lo insólito.
- Una escuela amable es una atmósfera pensada y agradable para los niños, las familias y los trabajadores. Un lugar al que volver cada día con placer, en el que la identidad de los derechos de cada persona puede encontrar acogida, intercambio y enriquecimiento mutuo.
- Una escuela amable es una fiesta especial donde reír, donde divertirse y poder transgredir lo rutinario, lo ya sabido, y la fuerza aplastante de la tradición repetitiva sin sentido.
Extraído del libro Arte y creatividad en Reggio Emilia publicado por Vea Vecchi en Ediciones Morata.
Me ha encantado la entrada. Gracias por compartirla. Un abrazo.
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