He sido testigo de una manera muy curiosa de resolver los conflictos y hacer reflexionar a los pequeños responsables cuando se han producido: haciendo un dibujo. Uno muy especial.
Pongo el ejemplo de una pequeña que mordió a su compañera. Obviamente, se trata de una actitud que como educadores debemos corregir, y para ello, siguiendo este método, se hace lo siguiente:
Cuando el niño esté calmado después lo que ha sucedido y tras haberlo dejado reflexionar un par de minutos, le proporcionamos una superficie donde dibujar, un folio, el cual dividimos en dos partes iguales trazando una línea.
En una de las partes, decimos al pequeño que debe dibujar lo que ha ocurrido, es decir, la acción o actitud incorrecta, escribiendo nosotros lo que representa el dibujo (si el niño no sabe escribir).
En la otra parte restante, que dibuje cuál es la acción o actitud que debería haber tenido, es decir, lo correcto, escribiendo también nosotros lo que representa.
Una vez el pequeño termine, se le reúne con el compañero afectado y a través del dibujo realizado le contará qué ocurrió, qué no hizo bien y cuál era la correcta actitud, con el fin de que se cree una sencilla conversación entre ellos y que este le pida perdón y se sienta arrepentido.
En mi opinión, es una técnica que tiene buenas consecuencias ya que al tener el niño que dibujar la situación incorrecta se da cuenta del error, y cuando ha finalizado el dibujo tiene un ejemplo visual de lo correcto-incorrecto. Este puede ser incluso colocado en las paredes del aula para ''tenerlo presente'', no solo ese pequeño responsable sino todo el grupo, fomentando el aprendizaje en común.
Pongo el ejemplo de una pequeña que mordió a su compañera. Obviamente, se trata de una actitud que como educadores debemos corregir, y para ello, siguiendo este método, se hace lo siguiente:
Cuando el niño esté calmado después lo que ha sucedido y tras haberlo dejado reflexionar un par de minutos, le proporcionamos una superficie donde dibujar, un folio, el cual dividimos en dos partes iguales trazando una línea.
En una de las partes, decimos al pequeño que debe dibujar lo que ha ocurrido, es decir, la acción o actitud incorrecta, escribiendo nosotros lo que representa el dibujo (si el niño no sabe escribir).
En la otra parte restante, que dibuje cuál es la acción o actitud que debería haber tenido, es decir, lo correcto, escribiendo también nosotros lo que representa.
Una vez el pequeño termine, se le reúne con el compañero afectado y a través del dibujo realizado le contará qué ocurrió, qué no hizo bien y cuál era la correcta actitud, con el fin de que se cree una sencilla conversación entre ellos y que este le pida perdón y se sienta arrepentido.
En mi opinión, es una técnica que tiene buenas consecuencias ya que al tener el niño que dibujar la situación incorrecta se da cuenta del error, y cuando ha finalizado el dibujo tiene un ejemplo visual de lo correcto-incorrecto. Este puede ser incluso colocado en las paredes del aula para ''tenerlo presente'', no solo ese pequeño responsable sino todo el grupo, fomentando el aprendizaje en común.
Y a ustedes, ¿qué les parece la idea?
Comentarios
Publicar un comentario
¡Gracias por enriquecer este rinconcito con tu comentario!