Como en muchas ocasiones habrán podido escuchar (o leer), la evaluación de la práctica educativa y los aprendizajes (tanto del docente, como de la escuela y del alumnado) es un elemento fundamental que nos permite reflexionar, analizar y debatir el desarrollo del proceso educativo, obteniendo de ella unas conclusiones que nos devuelven una especie de retroalimentación acerca de cómo se está llevando a cabo la experiencia educativa. Profesores, educadores y docentes constantemente nos cuestionamos cómo evaluar, cuál será la mejor manera, si tiene sentido cómo se está evaluando, si son correctos los instrumentos y técnicas que actualmente usamos, y en definitiva, cómo sería la evaluación ideal que mejor se adaptaría a la situación, contexto, nivel y niños que nos rodean en la escuela. Por estas razones, hoy les presento una propuesta de evaluación ciertamente diferente, lúdica y muy reflexiva que da título a este post: la evaluación figuroanalógica .