Si la educación en general está viviendo una revolución, por supuesto también lo están haciendo todas y cada una de las áreas de aprendizaje, sus metodologías de enseñanza, sus contenidos y su manera de desarrollarse en el aula. Y para el aprendizaje lectoescritor no iba a ser menos. Atrás se queda ya el empleo único y exclusivo de una teoría o perspectiva preescritora y prelectora, pues como la evolución propia del mundo educativo nos dice a gritos, aprender a leer y a escribir necesita de la maduración de muchas destrezas tanto lingüísticas como perceptivo-motoras bajo un ambiente constructivista de aprendizaje. Pero, ¿cómo enfrentarnos al aprendizaje lectoescritor desde el constructivismo?