Si un niño vive con las críticas, aprende a condenar. Si un niño vive con la hostilidad, aprende a pelear. Si un niño vive con el ridículo, aprende a ser tímido. Si un niño vive con la vergüenza, aprende a ser culpable. Pero si un niño vive con la tolerancia, aprende a ser paciente. Pero si un niño vive con el aplauso, aprende a confiar. Pero si un niño vive con el elogio, aprende a apreciar. Pero si un niño vive con la seguridad, aprende a tener fe. Pero si un niño vive con la aprobación, aprende a gustarse. Y si un niño vive con la aceptación y la amistad, aprende a encontrar amor en el mundo. Fuente: http://portal.educacion.gov.ar/